
Este árbol crece en zonas comprendidas entre los 100 y los 650 metros de altitud. Su madera, de gran densidad y resistencia ha formado parte de la actividad doméstica desde tiempos lejanos. Es uno de los ejemplos más significativos de la flora autóctona y aunque existen ejemplares en otras islas, es en El Hierro donde es más abundante formando pequeños bosques abiertos.